Memoria histórica de la Guerra Civil



ARTE

La Guerra Civil española sirvió de inspiración a toda una generación de artistas e intelectuales.
La actividad artística que se produce en España entre 1936 y 1939 atiende a exigencias extraculturales. No debemos olvidar sus raíces sociales, la guerra y la revolución. Debido a la creciente politización de la cultura, nos encontramos con un arte de tendencia, cualquier planteamiento objetivo o que no fuera político era rechazado.

El arte se dispuso a informar y a formar, tomando partido. Podemos decir, de modo general, que el arte de la guerra fue un arte de propaganda. Estas nuevas exigencias trajeron numerosos cambios formales, el surrealismo y los últimos restos del cubismo desaparecieron, dando paso al realismo como estilo dominante y a la sencillez expresiva.


Dentro del arte del periodo nos encontramos con artistas como Picasso, pintor fuertemente comprometido con el gobierno de la República, a quien este le encargó un gran mural para la Exposición Internacional de París de 1937 que retratase los horrores del conflicto. De esta forma el pintor malagueño nos dejó para la posteridad la que puede que sea su obra más famosa, en la que refleja mediante símbolos en clave de cubismo sintético sus impresiones después del bombardeo alemán sobre la ciudad vasca de Guernica.


CINEMATOGRAFÍA

La conservación de la cinematografía producida durante la guerra civil quedó, sin embargo, marcada definitivamente por el incendio de los laboratorios Cinematiraje Riera, en Madrid, en agosto de 1945. Durante ese incendio, además de otras muchas películas y de los negativos de los noticiarios No-Do producidos hasta esa fecha, ardieron también los materiales originales y los negativos de todas las películas realizadas por ambos bandos durante la guerra, y que habían sido reunidas, en ese laboratorio, por el Departamento Nacional de Cinematografía tras el final del conflicto. Los materiales recuperados posteriormente por el Departamento de Cinematografía, por el Archivo del Noticiario No-Do y por la propia Filmoteca Española han demostrado, hasta la saciedad, la catastrófica amplitud que, para la historia de nuestra cinematografía, tuvo dicho incendio. En 1985, la Filmoteca Española inició un nuevo proceso de catalogación, de recuperación y de restauración de las películas relacionadas con la guerra civil. Y al año siguiente, dentro de los actos organizados con motivo del cincuentenario del inicio de la contienda, la Filmoteca Española organizó la primera proyección pública de la totalidad de los materiales de la guerra civil conservados en sus archivos.

LITERATURA

La Alianza de intelectuales antifascistasAl estallar la guerra civil el 17 de julio de 1936 la gran mayoría de los intelectuales españoles se incorporaron a la facción republicana. Dice Rafael Alberti: “La guerra, después, nos juntó casi a todos en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Luego, el exilio nos dispersó”.

Los poetas-soldadosLa solidaridad de los intelectuales con el ejército republicano muchas veces llegó hasta el frente, a donde iban camiones con un altavoz por el cual los soldados escuchaban a Miguel Hernández, a José Herrera Petere, a Pedro Garfias o a algún otro integrante del grupo encabezado por Rafael Alberti. Algunos se incorporaron al ejército republicano y lucharon en el frente, otros, por razones de edad o de salud, defendieron la causa escribiendo. Había quien tenía tanto el fusil como la pluma en mano, como Miguel Hernández, quien escribía versos como: “Mujer, mujer tequiero cercado por las balas / ansiado por el plomo”.


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